Hace poco hemos recibido la visita de Marcos López Beltritti, de la web Vinómanos, y en un artículo suyo ha hecho mención sobre nosotros. ¡¡Muchas gracias, Marcos!!

En el Museo del Queso Manchego de Toledo, González y su marido, Félix Rodríguez, ofrecen justamente esa combinación en las catas. Primero un queso semicurado, luego uno curado y finalmente el viejo. Pero todo con una idea central: jugar con los sabores y descubrir el queso de manera completa.

La propuesta habitual suele ser comerlo con grisines, aunque puede combinarse con paté o animarse con el agridulce mediante mermeladas, higos, nueces o almendras.

“Nosotros proponemos cortarlo en cuñas y, antes de morderlo, partirlo con la mano para liberar los aromas”, explica González.

Y por supuesto, la sugerencia es combinarlo con vino. Principalmente se maridan con tintos de la propia región, pero también de otras partes de España. O del mundo. “Hace poco incluimos vinos de Argentina y realmente combinan muy bien”, explica Rodríguez. Es decir que, a pocos metros de la Catedral de Toledo (una joya del gótico español) pueden comerse quesos manchegos con vinos del Valle de Uco. “Tenemos un Malbec reserva que va perfecto”, invita.

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